Por varias razones inicié Proyecto Acuática.
La primera por la gran conexión que siento con el ecosistema acuático desde que tengo 4 años de edad y mi papá me llevaba al Zoológico de Barranquilla a ver a Sayida, una manatí que fue alcaldesa del Zoológico. Yo le ponía la mano en el vidrio donde estaba su habitat y ella hacía lo mismo como si me saludara.
Después fui a Cuba a conocer mi familia cubana y me llevaron al Acuario Nacional de Cuba. No olvido ese día, los delfines, los tiburones y el león marino que le dió un beso a mi hermana. Eso es la vida en el agua y tenemos que cuidarla y protegerla. Cuando regresé a Colombia, fue una alegría cuando me compraron un libro de tiburones y podía hacer su cuerpo en 3D.
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