¡No es fácil la situación que deben pasar por estos días los familiares de los cinco pasajeros del sumergible!
Uno trata de encontrar respuestas y tiene que escuchar a los especialistas.
Ayer escuche en una conferencia a Don Walsh,uno de los tres únicos hombres en haber alcanzado el abismo Challenger, en la fosa de las Marianas; a Tony Lawson, director de ingeniería en DOER Marine, una empresa de tecnología marina establecida en 1992 por la oceanógrafa Sylvia Earle. Ambos dieron explicaciones basadas en su experiencia, como por ejemplo: Los reportes cada cierto tiempo para el descenso, la improvisación y falta de certificación, las previsiones técnicas mínimas, los protocolos y reglas de descenso… en fin. Una serie de situaciones que deben dar como prioridad un viaje seguro a los tripulantes.
Pero lo que quiero compartirles es el mensaje de la Dama de las profundidades, la dra. Sylvia Earle, quien además de saber lo que es sumergirse a grandes profundidades es especialista en el diseño y construcción de equipos para entornos de aguas profundas: “Esto fue una tragedia y fue terrible. Ahora la gente tal vez tenga miedo de ir a las profundidades del océano. Pero al igual que tenemos una inusual conciencia cuando viajamos al cielo, continuamos a pesar de los desastres que pueda haber porque así como hay quien quiere ir a lo más alto de los cielos, yo quiero ir a los profundo del océano. Tan profundo vayamos, así vamos a conocer. Y necesitamos conocerlo!”
Con esto quiero dar mi opinión de este suceso, no es culpa del carro sino del conductor, el que sucediera este evento tan trágico fue por causa de la desinformación, de no seguir las reglas y los protocolos para el viaje y la mala preparación para sumergirse. Sinceramente espero que se tomen medidas y se aprenda de los errores cometidos para que no vuelvan a suceder tragedias de esta índole. Y como dice Sylva: “El océano está ahí esperando a que conozcamos todas esas especies que faltan por descubrir”.
Columna para Caracol Radio*